La Familia Paulina


A principios del siglo XX, Dios prepara a un joven de dieciseis años para realizar una obra cuyo objetivo es poner al servicio del Evangelio, todas las formas de comunicación originadas por el progreso humano. El joven se llama Santiago Alberione. Él, es un seminarista, en la noche que marca el inicio del nuevo siglo (31 de diciembre de 1900), mientras está en oración ante Jesús Eucaristía en la Catedral de Alba, siente la invitación de Jesús para «hacer algo por el Señor y por los hombres del nuevo siglo» anunciando el Evangelio de “nuevos púlpitos”, como la prensa, el cine, la radio, la televisión, y hoy, el ambiente digital. De esta experiencia interior, partiendo de humildes comienzos en 1914, fue tomando forma la Familia Paulina, que concreta el gran carisma contenido en el corazón de padre Alberione:

VIVIR Y DAR AL MUNDO A JESUCRISTO,
MAESTRO, CAMINO, VERDAD Y VIDA.

Él afirma: «La Familia Paulina es suscitada por san Pablo para continuar su obra; es san Pablo, vivo, pero que hoy está formada por muchos miembros». Los miembros de la Familia Paulina son enviados a todas partes para «hacer la caridad de la Verdad».