A gloria de la Santísima Trinidad,
con firme voluntad de consagrarme
más íntimamente a Dios
y de seguir más de cerca a Cristo
por toda mi vida,
renuevo el voto de castidad,
pobreza y obediencia,
según las Constituciones
del Instituto «Reina de los Apóstoles»
para las vocaciones,
y me entrego con todo el corazón
a esta familia religiosa,
para vivir en caridad perfecta,
al servicio de Dios y de la Iglesia,
el apostolado vocacional,
con la gracia del Espíritu Santo
y la ayuda de la santísima Virgen María.
Amén.