Ant. Maestro, sabemos que eres sincero y que
enseñas el camino de Dios conforme a la verdad.
Aleluya.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón;
el que, sin cometer iniquidad,
anda por sus senderos.
Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas.
Gloria al Padre…
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