El primer lunes nos acercamos a san Pablo para conocerlo y para rezarle, para conseguir y formar buenas vocaciones y pedir espíritu apostólico para nosotros y para los Cooperadores.
- Te bendigo, Jesús,
por tu gran misericordia
al convertir a san Pablo de perseguidor
en apóstol incansable de la Iglesia.
Y tú, san Pablo, intercede por mí,
para que abriendo yo mi corazón a la gracia,
viva en continua conversión
y configure plenamente
mi vida con la de Jesucristo.
San Pablo apóstol, ruega por nosotros.
- Te bendigo, Jesús,
porque has elegido al apóstol Pablo
para testimoniar y promover
la virginidad por el reino.
Y tú, san Pablo, padre mío,
protege mi mente, mi corazón
y mis sentidos, para que conozca,
ame y sirva solo a Jesús,
consagrando para su gloria
todas mis energías.
San Pablo apóstol, ruega por nosotros.
p. 136- Te bendigo, Jesús,
porque, con la vida y la palabra de san Pablo,
me enseñas la perfecta obediencia.
Y tú, san Pablo, intercede
para que yo viva en una actitud
de humilde disponibilidad
hacia mis superiores,
con la certeza de que en la obediencia
encontraré la liberación frente al mal.
San Pablo apóstol, ruega por nosotros.
- Te bendigo, Jesús,
porque me has enseñado
con la vida y la palabra de san Pablo
el verdadero espíritu de pobreza.
Y tú, san Pablo, intercede
para que yo viva la pobreza evangélica,
de modo que, siguiendo tu ejemplo,
pueda compartir contigo la gloria del cielo.
San Pablo apóstol, ruega por nosotros.
- Te bendigo, Jesús,
por haber concedido a san Pablo
un corazón rebosante de amor a Dios,
a la Iglesia y a todos los hombres,
salvados por su celo apostólico.
Y tú, san Pablo, amigo,
intercede para que yo viva la urgencia
y el compromiso del apostolado
de la comunicación social,
de la oración, del testimonio,
de las obras y de la palabra,
mereciendo así el premio
prometido a los auténticos apóstoles.
San Pablo apóstol, ruega por nosotros.
Antes o después de la meditación, o bien durante la adoración eucarística, se reza o se canta:
Ant. Apóstol san Pablo, anunciador de la verdad y maestro de los gentiles, intercede por nosotros ante Dios, que te ha elegido (Magníficat, p. 335).
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