Jesús, verdad eterna,
creo que estás realmente presente
en la eucaristía,
con tu cuerpo, sangre, alma y divinidad.
Oigo tu invitación: «Yo soy el pan vivo,
que ha bajado del cielo».
«Tomad y comed: esto es mi cuerpo».
Creo, Señor y Maestro,
pero aumenta mi débil fe.