María, mira con ojos maternales
esta parroquia.
Hoy te elige como madre, maestra y reina,
y se entrega y consagra a ti por completo.
Por tu misericordia,
guarda al pastor y al rebaño
en profunda unidad y cooperación.
Que pequeños y grandes
escuchen la palabra de Dios.
Que se aleje de ella el pecado,
que se viva la vida cristiana.
Que todos participen en la vida parroquial.
Que el apostolado sea fecundo.
Que todos puedan recibir los sacramentos
en el momento de la muerte.
Y que todos, alegres,
nos reunamos un día contigo en el cielo.
María, ruega por nosotros,
ahora y en la hora de nuestra muerte.