I Vísperas

Sábado después de la Ascensión del Señor

LA VIRGEN MARÍA,
REINA DE LOS APÓSTOLES

Solemnidad para las Hermanas de María, Reina de los Apóstoles, para las vocaciones

Solemnidad en el Santuario-Basílica de la Reina de los Apóstoles, en Roma

FIESTA*

 

* Para la profundización y meditación personal véanse las lecturas complementarias, pp. 640ss.

 

I VÍSPERAS

HIMNO

Reina de los Apóstoles,
madre de Dios:
forma tú nuestra mente y voluntad
y nuestro corazón.

Cuando se fue Jesús, tú te quedaste
al frente de la fe y de la oración,
alentando la unión de los discípulos
y esperando al Espíritu, que es vida y es amor.

Siempre estuviste, madre, con Cristo
y fuiste así quien más le conoció.
Eres hoy para todos la puerta abierta
que conduce hasta Cristo, camino y salvación.

Fuiste, María, el primer apóstol,
que al mundo le hizo entrega del Señor.
Le enseñaste a entregarse siempre a todos,
y de él aprendiste lo inmenso de su amor.

Sigues, oh madre, hoy viva en la Iglesia,
pendiente de quien va firme al timón,
esperando, puntual, con los que esperan
la llegada gozosa de Cristo redentor.

 

SALMODIA

 

Ant. 1. Alégrate, María, llena de gracia. El Señor te ha exaltado y coronado como Reina. Aleluya.

 

SALMO 112   

Alabado sea el nombre del Señor

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes (Lc 1, 52)

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

 

Ant. 1. Alégrate, María, llena de gracia. El Señor te ha exaltado y coronado como Reina. Aleluya.

Ant. 2. Madre y Reina nuestra, ruega al fruto de tu vientre, Jesús, que mande trabajadores a su mies. Aleluya.

 

SALMO 147   

Acción de gracias por la restauración de Jerusalén

Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero (Ap 21, 9)

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

 

Ant. 2. Madre y Reina nuestra, ruega al fruto de tu vientre, Jesús, que mande trabajadores a su mies. Aleluya.

Ant. 3. Bajo tu protección nos acogemos, madre, maestra y reina nuestra. Aleluya.

 

CANTICO (Ef 1,3-10)

El Dios salvador

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Ant. 3. Bajo tu protección nos acogemos, madre, maestra y reina nuestra. Aleluya.

 

LECTURA BREVE
Hch 1, 12-14

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Alégrate, madre de la Iglesia, maestra y reina nuestra. * Aleluya, aleluya. Alégrate.

V/. Bendito sea el Señor, que te ha exaltado sobre los ángeles y los santos. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Alégrate.

 

Magníficat, ant. Cantemos a Dios nuestro salvador en la conmemoración de María, Reina de los Apóstoles, que intercede por nosotros. Aleluya.

 

MAGNÍFICAT Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Magníficat, ant. Cantemos a Dios nuestro salvador en la conmemoración de María, Reina de los Apóstoles, que intercede por nosotros. Aleluya.

 

PRECES

Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que nos ha dado a María como prenda cierta de consuelo y esperanza. Digamos confiadamente:
Que María, madre y reina interceda por nosotros.

Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la Inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella.

Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,
y a todos abundancia de salud y de paz.

Tú que hiciste de María la llena de gracia,
concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.

Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.

Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino.

Padre nuestro.

 

ORACIÓN

Dios todopoderoso, que derramaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles, reunidos en oración con María, la Madre de Jesús, concédenos, por intercesión de la Virgen, entregarnos fielmente a tu servicio y proclamar la gloria de tu nombre con testimonio de palabra y de vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

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