I Vísperas

Último domingo de octubre

JESUCRISTO, DIVINO MAESTRO

Titular de las Hermanas Pias DIsc+ipulas del Divino Mestre
Titular del Instituto Jesús Sacerdote (fuera de España)
SOLEMNIDAD*
* Para la profundización y meditación personal véanse las lecturas complementarias, pp. 671ss.

 

I VÍSPERAS

 

HIMNO

Eres, Cristo, la Luz para los hombres,
iluminas su angustia y pesadumbre,
sus errores ahuyentas, sus pecados;
serena la verdad se nos descubre.

Sin tu luz queda envuelto el orbe entero
en tinieblas espesas de negrura;
que en la fe y el amor los corazones
movidos por tu gracia se reúnan.

Que tu nombre proclame toda lengua:
en los juegos, las artes y las letras,
en los libros y efímeros diarios,
y en todo cuanto alumbran las imprentas.

Tu pregón cantarán en todo el orbe
de la radio las ondas y satélites;
tu mensaje resuene en todas partes;
la luz de tu belleza se nos muestre.

Que la Iglesia en tu nombre reunida
triunfe por el amor del Evangelio
y congregue en la paz a las naciones
unidas en el gozo del encuentro.

Oh Jesús-Cristo, la Verdad eterna,
por la que caminamos y vivimos,
a tu Padre y a ti, como al Espíritu,
honor, poder y gloria por los siglos. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant. 1. El Señor envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza.

 

SALMO 110 

Grandes son las obras del Señor

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente (Ap 15, 3)

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

 

Ant. 1. El Señor envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza.

Ant. 2. En las tinieblas brilla como una luz el Señor justo, clemente y compasivo.

 

SALMO 111   

Felicidad del justo

Caminad como hijos de la luz: toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz (Ef 5, 8-9)

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.

Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

 

Ant. 2. En las tinieblas brilla como una luz el Señor justo, clemente y compasivo.

Ant. 3. El tesoro de gracia, sabiduría y prudencia del Señor Jesús ha sido un derroche para con nosotros.

 

CANTICO   (Ef 1,3-10) 

El Dios salvador

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

 

Ant. 3. El tesoro de gracia, sabiduría y prudencia del Señor Jesús ha sido un derroche para con nosotros.

 

LECTURA BREVE    
Rm 15, 8-12

Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas, y por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré tu nombre.» Y también: «Alégrense todos los gentiles junto con su pueblo.» Y añade en otro lugar: «Alabad al Señor todas las naciones, ensalzadlo todos los pueblos.» Y por otro lado Isaías dice: «Brotará un renuevo del tronco de Jesé, se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles.»

 

RESPONSORIO BREVE

R/. La vida eterna, que estaba con el Padre, se hizo visible. * Y se nos manifestó. La vida.

V/. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. * Y se nos manifestó. Gloria al Padre. La vida.

 

Magníficat, ant. Cristo nos amó, nos compró con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Aleluya.

 

MAGNÍFICAT Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Magníficat, ant. Cristo nos amó, nos compró con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Aleluya.

 

PRECES

Sin Cristo no podemos hacer nada. Por eso él mismo se propone como camino, verdad y vida para el hombre de todos los tiempos. Glorifiquémoslo, pues, e invoquémosle, diciendo:

    Jesús Maestro, sólo tú tienes palabras de vida eterna.

Tú gobiernas todas las cosas con firmeza y suavidad;
ven en ayuda del mundo, envuelto en discordias y divisiones y haz que encuentre en ti la paz y la unidad.

Tú que eres luz sin ocaso y guía en nuestro caminar,
purifícanos con tu verdad y dirige nuestros pasos por el camino de la santidad.

Tú nos señalas el camino para ir al Padre;
haz que, caminando siempre como hijos de la luz, consigamos alcanzar tu reino.

Tú nos enseñas que, si creemos en tu resurrección de entre los muertos y confesamos que eres el Señor, seremos salvos;
no permitas que tus fieles sean torpes y necios para creer ni dejen de proclamar tu alabanza.

Tú nos has dicho por boca de nuestro Fundador que quieres que cultivemos la vida espiritual según el método «camino, verdad y vida»;
haz que te demos a conocer a todos los hombres como único Maestro, con los instrumentos de comunicación social.

Alumbra con tu luz a nuestros hermanos difuntos,
para que, libres de las tinieblas, puedan contemplar tu rostro.

Padre nuestro.

 

ORACIÓN

Oh Dios, Padre de la luz, que en la plenitud de los tiempos has hablado a los hombres por tu Hijo amado, concede a quienes lo confesamos Señor y Maestro ser fieles discípulos suyos, y anunciarlo al mundo como camino, verdad y vida. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

Disponibile in: Italiano Français 한국어