HIMNO
Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.
¿Cómo te encontraremos
al declinar el día,
si tu camino no es nuestro camino?
Detente con nosotros;
la mesa está servida,
caliente el pan y envejecido el vino.
¿Cómo sabremos que eres
un hombre entre los hombres,
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu cuerpo,
y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.
Vimos romper el día
sobre tu hermoso rostro,
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche
no apague el fuego vivo
que nos dejó tu paso en la mañana.
Arroja en nuestras manos,
tendidas en tu busca,
las ascuas encendidas del Espíritu;
y limpia en lo más hondo
del corazón del hombre,
tu imagen empañada por la culpa.
SALMODIA
Ant. 1. Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya.
SALMO 109,1-5.7
El Mesías, Rey y Sacerdote
Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies (1Co 15, 25)
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
strado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Ant. 1. Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya.
Ant. 2. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo. Aleluya.
SALMO 111
Felicidad del justo
Caminad como hijos de la luz: toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz (Ef 5, 8-9)
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant. 2. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo. Aleluya.
Ant. 3. Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
CANTICO (Cf Ap 19, 1-7)
Las bodas del Cordero
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
(R. Aleluya.)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (Aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
(R. Aleluya.)
los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (Aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
(R. Aleluya.)
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (Aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
(R. Aleluya.)
su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (Aleluya).
Ant. 3. Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
LECTURA BREVE
Hb 10, 12-14
Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
RESPONSORIO BREVE
R/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. * Aleluya, aleluya. Verdaderamente.
V/. Y se ha aparecido a Simón. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Verdaderamente.
Magníficat, ant. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya.
MAGNÍFICAT Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Magníficat, ant. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya.
PRECES
Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle:
Guarda, Señor, a tu pueblo, por la gloria de Cristo.
Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra,
— atrae hacia él a todos los hombres.
Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia el Espíritu Santo,
— a fin de que tu pueblo sea, en medio del mundo, signo de la unidad de los hombres.
A la nueva prole renacida del agua y del Espíritu Santo consérvala en la fe de su bautismo,
— para que alcance la vida eterna.
Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da libertad a los presos, salud a los enfermos
— y la abundancia de tus bienes a todos los hombres.
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de Cristo glorioso,
— concédeles la gloria de la resurrección en el último día.
Padre nuestro.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
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