HIMNO
Piedra angular y fundamento es Cristo
del templo espiritual que al Padre alaba,
en comunión de amor con el Espíritu
viviente, en lo más íntimo del alma.
Piedras vivas son todos los cristianos,
ciudad, reino de Dios edificándose,
entre sonoros cánticos de júbilo,
al Rey del universo, templo santo.
El cosmos de alegría se estremece
al latido vital de nueva savia,
al pregustar el gozo y la alegría
de un cielo y una tierra renovados.
Cantad, hijos de Dios, adelantados,
Cristo total, humanidad salvada,
en la que Dios en todos será todo,
comunión viva en plenitud colmada.
Demos gracias al Padre, que nos llama
a ser sus hijos en el Hijo amado,
abramos nuestro espíritu al Espíritu,
adoremos a Dios que a todos salva. Amén.
Ant. 1. Mi casa se llama casa de oración.
SALMO 62,2-9
El alma sedienta de Dios
Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré
las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1. Mi casa se llama casa de oración.
Ant. 2. Bendito eres, Señor, en el templo de tu santa gloria.
CANTICO Dn 3.57-88.56
Toda la creación alabe al Señor
Alabad al Señor sus siervos todos (Ap 19, 5)
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Al final de este cántico no se dice Gloria al Padre.
Ant. 2. Bendito eres, Señor, en el templo de tu santa gloria.
Ant. 3. Cantad al Señor en la asamblea de los fieles.
SALMO 149
Alegría de los santos
Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran en su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3. Cantad al Señor en la asamblea de los fieles.
LECTURA BREVE
Js 56,7
Los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.
RESPONSORIO BREVE
R. Grande es el Señor. * Y muy digno de alabanza. Grande.
V. En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. * Y muy digno de alabanza. Gloria al Padre. Grande.
Benedictus, ant. «Zaqueo, baja en seguida; porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. «Hoy Dios ha dado la salvación a esta casa.» Aleluya.
BENEDICTUS Lc 1, 68-79
El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Benedictus, ant. «Zaqueo, baja en seguida; porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. «Hoy Dios ha dado la salvación a esta casa.» Aleluya.
PRECES
Como piedras vivas, edificadas sobre Cristo, la piedra escogida, oremos al Padre todopoderoso por su Iglesia amada y confesemos nuestra fe en ella, diciendo:
Ésta es la casa de Dios y la puerta del cielo.
Padre del cielo, tú eres el labrador, guarda, purifica y acrecienta tu viña,
— haciendo que sus sarmientos llenen toda la tierra.
Pastor eterno, protege y acrecienta tu rebaño,
— y haz que todas las ovejas se reúnan en un solo redil bajo un solo pastor, Jesucristo, tu Hijo.
Sembrador todopoderoso, siembra la palabra en tu campo,
— y haz que dé frutos del ciento por uno para la vida eterna.
Arquitecto prudente, santifica tu familia, que es la Iglesia,
— y haz que aparezca ante el mundo como ciudad celestial, nueva Jerusalén y esposa sin tacha.
Padre nuestro.
ORACIÓN
Señor, tú que nos haces revivir cada año el día de la consagración de esta iglesia dedicada a Jesucristo, Divino Maestro, escucha las plegarias de tu pueblo, y haz que en este lugar se te ofrezca siempre un servicio digno y así tus fieles obtengan los frutos de una plena redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.