Si fuimos reconciliados
por la muerte del Señor,
mucho más seremos salvos
por su vida y por su amor.
Está avanzada la noche,
el día ya está muy cerca;
dejemos atrás las obras
de las oscuras tinieblas.
Es hora de levantarse
del sueño que nos sujeta;
vistámonos con las armas
de la luz que nos alienta.
Aquel que quiera gloriarse,
gloríese en el Señor;
él es la sabiduría,
la santidad y el amor.