Oh Cristo, tu eterno esplendor
ilumina al espíritu humano,
dispersa la noche y revela el camino
de la salvación.
Oh Jesús verdad, nuestro camino, nuestra vida.
Por ti al Padre y al Santo Espíritu sea gloria.
La voz amorosa del Padre
te proclama Maestro del mundo;
quien sigue tus pasos evita las sendas
oscuras del mal.
Enseñas con fuerza y dulzura,
es tu mismo vivir una escuela;
tu gracia confirme, en la mente del hombre,
la eterna verdad.
Tu amor nos revela el misterio
de la vida, el dolor y la muerte;
al alma que busca, le ofreces tu gracia:
la vida de Dios.
Cumplida tu hora, la Pascua,
a los hombres entregas la Iglesia
maestra infalible que guía sus pasos
por sendas de amor.