En Cristo y en la Iglesia halla respuesta la «civilización cristiana»: la convivencia cristiana de los pueblos. La civilización cristiana se orienta conforme al Evangelio, según la interpretación del magisterio pontificio. La convivencia cristiana es humano-evangélica, en la verdad, en el orden, en la paz y en el progreso. Es un camino hacia el reino de Dios (cf 1Pe 2,1-17).
Adoro tu sabiduría, Maestro divino.
Has querido una sociedad civil
y una Iglesia independientes,
pero unidas por una admirable cooperación.
Has querido la unión de todos los pueblos:
todos hijos de Dios,
redimidos por tu sangre,
en camino hacia la casa del Padre.
En la civilización cristiana
se da el máximo progreso
temporal y espiritual.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…