María, Madre de Jesús,
haz que comprendamos y evitemos
cada vez más las funestas consecuencias
que en los hogares cristianos
producen las publicaciones malas,
que rechazan a tu Hijo, ofenden a su Iglesia
y propagan toda clase de escándalos.
Infúndenos, Virgen santa, el deseo
de comprometernos con más audacia
para alejar de las familias
estas publicaciones que las destruyen,
y de promocionar por todas partes
las publicaciones católicas.
Concede tu maternal protección
a cuantos se dedican
a este urgente apostolado.
Haz fecunda su palabra,
sus proyectos e iniciativas.
Que sus esfuerzos logren la feliz recompensa
de ver difundidas más ampliamente
las publicaciones que defienden, sin titubeos,
la doctrina de Jesucristo.
Y para que merezcamos el éxito
en este empeño,
guárdanos, María, de todo pecado.
Y alcánzanos, por fin, después de esta vida,
la corona prometida
a los que han combatido el buen combate
y han mantenido la fe. Amén.