TERCERA ESTACIÓN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu cruz has redimido al mundo.

Jesús, abatido por la agonía de Getsemaní, martirizado por la flagelación y coronación de espinas, agotado por el ayuno, cae por primera vez bajo el enorme peso de la Cruz.

Jesús cayó
para levantar a los que caen.
Muchas son las tentaciones del demonio,
del mundo y de la carne.
Señor, no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos de todo mal.

Ten piedad de nosotros, Señor.
Ten piedad de nosotros.

Haz, santa Madre de Dios,
que las llagas del Señor
se impriman en mi corazón.

Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

p. 183