- Te adoramos, Jesús,
Pastor eterno de la humanidad.
Tú estás presente en la eucaristía
para poder permanecer continuamente
en medio de tu rebaño.
Tú lo alimentas, lo guardas
y lo conduces al redil del cielo.
No vivimos solo de pan,
sino de tu enseñanza de verdad y de amor.
Tus ovejas escuchan tu voz
y la siguen con amor.
Compadécete de cuantos andan
como ovejas sin pastor
en las tinieblas del error y la ignorancia.
Atráelos a tu verdad.
Que aumente el número de evangelizadores,
catequistas
y apóstoles de la comunicación social.
Danos la gracia de escuchar
y amar tu Palabra para que produzca fruto en
nuestros corazones.
Habla, Señor, que tu siervo te escucha.
Jesús, buen Pastor, camino, verdad y vida,
ten piedad de nosotros.
- Te damos gracias, Jesús buen Pastor,
que has bajado del cielo
en busca de la humanidad,
para devolverla al camino de la salvación.
En ti se cumple la promesa:
«Suscitaré en medio de las ovejas dispersas
un pastor que las reúna y apaciente».
El pastor camina delante del rebaño
y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Nos has dado tus mandamientos,
tus consejos y el testimonio de tu vida.
Quien los acoge, se nutre
con un alimento que no perece:
«Mi alimento es hacer la voluntad
del Padre que me envió».
Ten misericordia de cuantos se nutren
de mentira y vanidad.
Llama a los pecadores
para que retornen a tu camino.
Sostén a los vacilantes,
robustece a los débiles. Que todos te sigan,
pastor y guardián de nuestras vidas.
Tú solo eres el camino,
tú tienes palabras de vida eterna.
Te seguiré adonde vayas.
Jesús, buen Pastor…
- Bendito seas, Jesús,
muerto por nosotros en la cruz.
El inocente ha muerto
para devolver la vida a las ovejas culpables:
«He venido para que tengan vida
y la tengan abundante».
Nos has dado tu vida en el bautismo,
en la confirmación, en la reconciliación
y en la eucaristía.
Vive con tu Espíritu en todos los hombres.
Llama de nuevo a tu redil
a cuantos se han separado de ti,
como el sarmiento arrancado de la vid.
Te pedimos por la Iglesia,
rescatada con tu sangre:
que se extienda por todo el mundo
y sea para todos signo de unidad y salvación.
Queremos amarte con toda la mente,
con todas las fuerzas y con todo el corazón,
y, por tu amor,
gastarnos totalmente por tu pueblo.
Jesús, buen Pastor…
- Jesús, te honramos como Pastor supremo.
Tú vives en el Papa,
en los obispos y en los sacerdotes.
Tú les has dicho: «Quien a vosotros escucha
a mí me escucha.
Como el Padre me ha enviado,
así os envío yo. Id al mundo entero».
Buen Pastor, la mies sigue siendo mucha
y los trabajadores pocos.
Danos sacerdotes santos
que amen a tu pueblo como lo amas tú.
Bendice sus desvelos.
Y a nosotras danos la gracia
de cooperar a su misión
y estar entre tus ovejas el día del juicio,
cuando vuelvas como Pastor.
Jesús, buen Pastor…
- Danos tu mismo corazón,
Jesús buen Pastor,
que has traído del cielo el fuego de tu amor.
Que arda en nosotras el deseo
de la gloria de Dios
y un intenso amor a los hermanos.
Haznos partícipes de tu misión.
Vive en nosotras para que te irradiemos
con la palabra, el sufrimiento,
la acción pastoral
y el ejemplo de una vida santa.
Nos ofrecemos a ti
como ovejas dóciles y fieles
para llegar a ser dignas de cooperar
a la misión pastoral de la Iglesia.
Dispón las mentes y los corazones de todos
para que acojan tu gracia.
Ven, Pastor divino, condúcenos,
y que haya pronto
un solo rebaño y un solo Pastor.
Jesús, buen Pastor…
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