Un Padrenuestro a Jesús crucificado. Una Salve a María, refugio de los pecadores. Un Ángel de Dios, para obtener la gracia de descubrir los pecados, arrepentirse de ellos y confesarlos sinceramente.
Examen de conciencia sobre los pensamientos, deseos, sentimientos, palabras, acciones y omisiones; sobre los mandamientos de Dios y de la Iglesia, sobre
las obras de misericordia espiritual y corporal, sobre las obligaciones del propio estado; y especialmente sobre la oración, el estudio, el apostolado, la pobreza y los propósitos de los últimos ejercicios espirituales.
Conviene detenerse especialmente en el compromiso principal, examinando el esfuerzo realizado, las deficiencias y el progreso conseguido.
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