Es la oración que nos hace contemplar los principales misterios de la vida de Jesús y de María, y que obtiene innumerables gracias a la Iglesia, a la sociedad, a las familias y a cada persona.
Es la oración de todos, grandes y pequeños. Es una práctica sencilla, agradable a María, que ella misma ha recomendado.
El rosario es provechoso para todas las necesidades, ayuda en la vida de oración, y conforta en la hora de la muerte.
Ha sido recomendado por muchos papas, enriqueciéndolo con indulgencias, y lo han practicado habitualmente los santos.
Récese diariamente al menos la tercera parte; mejor si se rezan dos; lo mejor es rezarlo entero.
Tened siempre con vosotros el rosario bendecido; predicad y propagad el rosario.
Meditad cada uno de los misterios, variando el contenido de la meditación.
Al rezar el rosario, pidamos siempre la santidad y la eficacia del apostolado.