Jesús Maestro,
tú tienes palabras de vida eterna.
Yo creo, Señor y verdad,
pero aumenta mi fe.
Te amo, Señor y camino,
con todas mis fuerzas,
porque quieres que cumplamos fielmente
tus mandamientos.
Acudo a ti, Señor y vida,
te adoro, te alabo, te suplico y te doy gracias
por el don de la sagrada Escritura.
Con María recordaré
y conservaré tus palabras en mi mente
y las meditaré en mi corazón.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida,
ten piedad de nosotros.