Hora Intermedia

HIMNO, p. 295ss

Los salmos, del jueves correspondiente.

 

TERCIA

Ant. Por Cristo todos podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

 

LECTURA BREVE
Hb 7, 26-27

Tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día —como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo—, porque Jesucristo, Señor nuestro, lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

 

V. Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo.

R. Para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo.

 

SEXTA

Ant. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.

 

LECTURA BREVE
1P 2, 4-5

Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.

 

V. Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded según él.

R. Arraigados en él, dejaos construir y edificar en la fe.

 

NONA

Ant. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo, para la edificación de su cuerpo, que es la Iglesia.

 

LECTURA BREVE
1P 2, 9-10

Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y entrar en su luz maravillosa. Antes erais «no pueblo», ahora sois «pueblo de Dios»; antes erais «no compadecidos», ahora sois «compadecidos».

 

V. Que la paz de Cristo actúe de árbrito en vuestro corazón.

R. A ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

 

ORACIÓN

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituíste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por Jesucristo nuestro Señor.