15 julio 2020 Comment 2020-02-29 2020-02-29 ¡Confiarse a Dios! ¡Él es siempre Padre! Así le llamaba siempre Jesucristo incluso cuando estaba en el colmo de sus sufrimientos: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (CISP, p. 918). FacebookTwitterLinkedinPinterestemailPrint