2020-01-14

2020-01-14

La práctica positiva de la pobreza consiste en procurar, por cuanto nos concierne, la gloria de Dios, usando bien el tiempo de apostolado y siendo industriosos para hacerlo más proficuo. Hemos de aprovechar bien lo que tenemos en uso, fiándonos de Dios que no nos hará faltar nada. Las ofertas necesarias se pedirán para desarrollar el apostolado (Haec meditare, s2, II, 119).