Apreciadas hermanas de Jesús Buen Pastor:
Cordial saludo en Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida; en María, Reina de los Apóstoles.
Por medio la presente, quiero compartir con gozo y fe este pequeño mensaje por sus 80 años que están celebrando. A continuación, inicio con este pasaje bíblico, que nos ayudará a entrar un poco en el corazón de Jesús, Buen Pastor:
¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido”. Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión” (Lc 15, 3-7)
Hermanas, en esta parábola que ofrece Jesús, permite visualizar la figura del pastor que va en búsqueda de la oveja perdida, ayudando a vislumbrar y descubrir la labor apostólica que debe tener todo cristiano y en modo particular ustedes que son llamadas a ser buenas pastoras en virtud del encuentro con el otro en el servicio de la escucha, la caridad y la misericordia. A demás, el buen pastor de la parábola, es Jesús, el gran Pastor por excelencia que dio la vida por la salvación de la humanidad; Pastor que lleva en sus hombres con gozo a la oveja perdida manifestando con este gesto: la acogida y la relación profunda del amor trinitario hacia el pecador. Un amor trinitario revelado en el Maestro Divino, con su vida, palabras y obras. Un amor que no juzga sino transforma la existencia humana-cristiana; un amor que compromete a vivir continuamente un camino de conversión para construir una Iglesia viva que experimente la comunión.
Por consiguiente, hermanas pastorcitas, este título Pastoral que identifica su Vida Consagrada a Jesús Buen Pastor les ayuda a vivir con profundidad su llamado de modo integral, es decir, con la mente, la voluntad y el corazón no olvidando que Él no solo es Pastor sino tambiénes Camino, Verdad y vida. Además, este compromiso de vivir y comunicar a Jesús Buen Pastor Camino Verdad y Vida, implica un empeño en permanecer continuamente con Él, alimentándose de la Palabra y la Eucaristía para dar muchos frutos en la vida de oración, en el apostolado, en la vida de comunidad, en el estudio y en el testimonio vocacional.
En efecto, el testimonio y la dedicación que viven en su vocación específica, es un llamado constante a toda la Familia Paulina ordenada a la pastoral. Con esto se refiere, que los diversos apostolados que conforman la Familia Paulina deben ser emisores del Anuncio del Evangelio, a través de un lenguaje sencillo y claro al pueblo de Dios; para ello se necesita proporcionar contenidos profundos y proféticos que enriquezcan la formación en el crecimiento humano-cristiano mediante la creatividad, la donación, el servicio y un espiritu renovador en las personas de nuestro tiempo. Al respecto conviene recordar la palabras del Papa Francisco, mensaje que ayuda a orientar está actividad pastoral-apostólica:“Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre nueva” (Cfr. Evangelii Gaudiun N° 11)
Así pues, esta espiritualidad y carisma son un don del Espíritu Santo confiado a nuestro fundador, y por lo tanto, requiere siempre una preparación constante y una formación progresiva, como lo indica el P. Alberione:
“vivir la pastoral de hoy. La pastoral de estos tiempos. Que se abra al Espíritu. Ahora, debemos salvar las almas de hoy, no las de hace dos siglos… Vine para decirles solo esto: avanzar y progresar en el sentido que quiere Jesús buen Pastor de sus pastores de la Iglesia. Por eso estudien sobre el cuidado pastoral… En la actualidad se realizan, frecuentemente y en varias partes, conferencias sobre el cuidado pastoral. Es necesario porque debe, no solo conocer la verdad, sino saber enseñarla a las almas y hacer que la vivan. Para ello es ncesario, prepararse, estudiar y formarse en las distintas obras apostólicas (Prediche 1958 1969 alle Suore Pastorelle di Don Giacomo Alberione).
María, Madre y Maestra del Buen Pastor, les ayude en este camino de santificación para ser irradiación del amor de su Hijo.
Gracia y paz,