27 enero 2020 Comment 2018-11-17 2018-11-17 Con la vocación a salvar almas se ejercita el altísimo y delicadísimo oficio de Jesús Salvador y se pasa a ser, como decía san Pablo, cooperadores de un Dios amante de las almas: «Deus qui amas ánimas» (APim, p. 77). FacebookTwitterLinkedinPinterestemailPrint